El caballo andaluz (oficialmente Pura Raza Española) es una raza de caballo española originaria de Andalucía. Se trata de un caballo ibérico de tipo barroco que está entre las razas equinas más antiguas del mundo. En España también se le conoce comúnmente como "caballo español" y se le denomina oficialmente "Pura Raza Española" (PRE), porque se considera que el andaluz es el caballo español por antonomasia, a pesar de que existen muchas otras razas equinas españolas. Sin embargo en la mayoría de países recibe el nombre de "caballo andaluz". El caballo cartujano es una de las líneas de cría más importantes de esta raza.
Es una de las razas de caballo más antiguas, ya que hay evidencia arqueológica de hace 4.500 años de caballos muy similares a los árabes modernos. En el transcurso de la historia, los caballos árabes del Medio Oriente se esparcieron por el mundo gracias al comercio y las guerras. También fueron muy usados para mejorar otras razas al añadir velocidad, refinamiento, resistencia y buena estructura ósea.
Hoy día, las líneas árabes se pueden encontrar en casi cada raza moderna de caballos para montar.
Los caballos árabes se desarrollaron en un clima desértico y eran valorados por los nómadas beduinos, quienes frecuentemente los alojaban dentro de sus tiendas para cubrirlos y protegerlos. Esta relación cercana con los humanos creó una raza de caballo con buena disposición, rápido para aprender, y dispuesto a complacer. Pero el caballo árabe también desarrolló el carácter fuerte y el estado alerta necesario en un caballo usado para los asaltos de las guerras. Esta combinación de disposición y sensibilidad requiere que los dueños modernos de árabes traten sus caballos con respeto y mucha habilidad.
Su alzada a la cruz va desde 150 a 160 cm, son compactos, de cuartos traseros musculosos, patas fuertes y largas, con gran amplitud en el paso, grupa inclinada, cola de inserción baja, pecho ancho, costillas redondeadas, amplia frente, nariz romana, crines y cola abundantes. Los caballos lusitanos presentan gran variedad de colores sólidos, siendo los menos frecuentes y buscados el palomino y el cremello.
Al igual que ocurre con el caballo andaluz, tradicionalmente se ha destacado su bravura, flexibilidad y nobleza que los hacen adecuados para la monta, el rejoneo y la doma clásica.


No hay comentarios:
Publicar un comentario